He aprendido a amar lo prohibido, a sentir mis latidos, a decir lo que pienso, a cantar lo que oigo y a tocar lo que escribo. He escuchado menos de lo que dicen pero más de lo que debería escuchar.
Me queda demasiado que aprender y sigo aquí sentada, viendo la vida pasar, haciendo caso omiso a aquello que me debería preocupar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario