1 mar 2019

Me duele

Tener a tu lado a la persona que más quieres del mundo y sentir que no te puedes comunicar con ella con franqueza, es como acuchillarte con furia y encontrar el acto placentero. Te destruye, pero por generosidad das espacio y compresión. Te destruye, pero sigues intentando encontrar la comprensión de su pensamiento.

Yo cedo y cedo y cedo, y comprendo y comprendo. Llega un momento en el que mi cuerpo físico no da más de sí. Desde la razón encuentro incongruencias e hipocresías en sus frases. 

Respiro y trago. Respiro y trago. Me echo encima tus palabras habladas en voz alto. Me duele el alma, me rompes al descubrir lo que me ocultas. 

No eres justo conmigo. Necesito que te abras. Si no me hablas de la profundidad de tu alma, ¿a quién le hablas? Eres injusto. Soy tu apoyo pero no me tienes en cuenta. ¿Qué pasa?


25 feb 2019

Dejé de escribir. Parte 1.


Pasaba las noches escribiendo pensamientos nocturnos que me quitaban el sueño. Mi mente no descansaba de elaborar frases recurrentes que me enloquecían. Una y otra vez cada frase me taladraba y hacía brotar de mí miles de palabras. Las juntaban y salían frases bonitas que copiaban conocidas de la calle para ponerlas en sus tablones. Mi redacción era nefasta, desordenada y sin sentido, pero sin embargo gustaba. Para los demás era extraño escribir sobre sentimientos y vivencias propias, y plasmarlas en un blog. Me hacía ilusión por compartirlo con los demás. Haciendo que otras personas leyesen mis párrafadas sentían que ellos entendían a la Mabi más cercana.


Dejé de escribir cuando ya la vida me iba un poco mejor. Ella me daba un respiro de estar continuamente luchando en mi interior por injusticias y sentimientos encontrados por personas que no deseaba ver o que por el contrario, quería volver a verlas con toda mi alma. Me estaba yendo todo de corrido, de repente la vida se olvidó del freno de mano y apretó el acelerador. Descubrí lo que es poder desarrollarse con una persona que pone empeño en tí, que te respeta y te cuida. Entonces, toda esa amargura encerrada en mi corazón se fue desvaneciendo poco a poco, pero nunca se fue. Las cicatrices por poco que se vean, siempre estarán. Es ésta la verdad más absoluta que uno podría afirmar. El pasado nunca se borrará de nuestras mentes. Por más que lo intentemos siempre saldrá a la luz, pues es parte inherente de nuestra forma de ser.

Ahogar momentos vividos no sirve absolutamente de nada. Sólo sirve para esconder nuestras inseguridades y nuestro dolor en un cajón que un día u otro, tú o otra persona volverá abrir.

Continúe en parte 2.


23 ene 2019

Antinatural

Tengo que confesar que me he roto. He descubierto sentimientos que nunca hubiese imaginado que me afectasen. Me corroe por dentro, me exprime y me acaba. No tiene control y no sé por qué está en mí. Mi razón me juzga. Me dice que no tengo motivos, que no es normal que actúe de la manera en la que lo hago.

Art by Christophe-Louis Quibé


No sé lo que hacer con esta angustia infundada por los fantasmas de un pasado que nunca viví. Todo escapa de mi control: me siento vacía, sucia y denigrada. ¿Por qué me pasa a mí? ¿Por qué me autoflagelo? ¿Me estoy volviendo loca? ¿Por qué me estoy volviendo loca?

Encontrar respuestas, no las encuentro. Busco soluciones debajo de las piedras, en páginas, en recuerdos, en fotos; sin embargo todo alimenta mi sufrimiento y mi ansiedad. No puedo expresarme como es debido. Me siento sola. Mi mayor apoyo no me apoya. Oh, cómo hubiese querido que me abrazases y me dijeses que el pasado fue una farsa, que te sientes a salvo conmigo y que me entiendes desde la profundidad de nuestras almas.