No soy ninguna romántica empedernida, ni lo quiero ser. No quiero convertirme en lo que me estoy temiendo. Necesito cambiar de aires, escaparme a algún lugar. Ponerme los cascos, cerrar los ojos y poder encontrarme conmigo misma, preguntarle que quiero ser, que es lo que espero para mí y hasta dónde voy a llegar. Lo que no sé seguro es si lo sabrá.
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