Algo tan profundo no se puede esconder. Entonces en la hora perfecta, el día perfecto, en el momento justo hubo algo. La chispa que tanto tiempo estuvo una y otra vez encendiéndose y apagándose, explotó en unos hermosos fuegos artificiales de todos los colores. Ese precioso tiempo que se congeló para ellos, que solo estaban sus caricias y ellos. Escalaban ansiosos hasta el final de la pirámide para poder encontrarse. Llegó.
Tras varias salidas ella se dio cuenta de que sólo era él, a quien tanto esperaba, sólo era él a quien tanto añoraba no era otro.
Aquella noche no muy lejana, se le acercó, la cogió por las manos, se sentaron. "Tranquila mi vida"
Es verdad, era su vida y quería tenerla para siempre. No quería soltarla nunca, solo para él. Ella le miró a los ojos y un "no puedo esperar más" salió de sus labios. Fundidos en un abrazo que nunca quiso acabar. El final feliz que esperaban se hizo realidad.
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